viernes, 10 de junio de 2011

¿Clarín le da letra a Beatriz Sarlo?

"La audacia y el cálculo" es el título del nuevo libro de Beatriz Sarlo, que salió a promocionarlo en el panel de 678.

Pero "La audacia y el cálculo" fue también el título de un artículo escrito por el periodista aliado de la última dictadura, columnista del "gran diario argentino" Clarín, Eduardo Van Der Kooy, para cuestionar el pago de la deuda externa por el presidente Néstor Kirchner en 2005.

Reproduzco el hallazgo aquí:

"HACETE UNA FIESTA CON EL ARCHIVO DE CLARÍN ¡¡¡ VAN DER KOOY , VAMOS TODAVÍA !!!
EL PEZ POR LA BOCA MUERE, NO RESISTÍS EL ARCHIVO, QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VÉ, POR INTERÉS BAILA EL MONO...

Todas las frases juntas le caben a Van der Kooy por este texto que publicó en 2005 en Clarín, en ocasión del primer pago de Néstor Kirchner al FMI.

El hallazgo es de mi amigo Udi ( viejo zorro e investigador sagaz de la Chicago argentina). Para que no desaparezca nunca, lo copio acá. Disfrutalo, pero primero servite un trago porque es para degustar bocado a bocado...!!!!

LA DEUDA EXTERNA: LA CANCELACION DE LA DEUDA
CON EL FMI

Kirchner, la audacia y el cálculo QUIEN COPIO A QUIEN, CLARIN A SARLO O SARLO A CLARIN
El anticipo de Brasil y la consultas con Madrid fueron clave en el desenlace.

Eduardo van der Kooy.
nobo@clarin.com

Néstor Kirchner ha tomado ayer una de las cinco medidas más trascendentes de su gestión que enfila hacia el tercer año. Podría existir una cuota de arbitrariedad en la afirmación, pero la cancelación de la deuda con el FMI tiene los componentes inconfundibles de aquello que se suele definir como decisiones de Estado.

En el podio figuran, también, aquel mensaje presidencial que inició el proceso de depuración en la Corte Suprema. Además, el momento tenso y dramático cuando la Argentina pasó en el 2003 de una virtual situación de cesación de pagos al primer convenio posdefault celebrado con el FMI. En un escalón similar está el proceso de reestructuración de la deuda externa que piloteó el ex ministro Roberto Lavagna. Y cercana quizás la política sobre derechos humanos, que desembocó en la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Hubo otros jalones resonantes, como la disputa con Eduardo Duhalde o el cambio de Gabinete que incluyó el relevo de Lavagna. Pero asoman casi como anécdotas políticas frente a la dimensión de aquellos temas.

La decisión de cancelar la deuda con el Fondo encierra a lo mejor una dosis mayor de audacia y oportunismo que todas las demás. Audacia, porque el Presidente resolvió echar mano a las reservas en disponibilidad del Banco Central para liquidar el saldo. Ahora se explica su obsesión por acumular dólares.

Oportunismo, porque no aguardó más de 72 horas desde un anuncio parecido que hizo Lula da Silva para colarse bajo el paraguas que Brasil representa en el mundo.

¿Hubiera avanzado Kirchner, ahora mismo, sin el antecedente brasileño? La respuesta sería, con certeza, negativa y rotunda. Lo cual no invalidaría otra cuestión: el Presidente venía desde hace meses trabajando con ese rumbo, consciente de que iba a resultar engorroso convenir de nuevo un programa con el FMI. Basta con hojear el pasado fresco: la idea sobre el desendeudamiento alumbró en sus conversaciones con Lavagna. El ex ministro, al menos hasta retirarse del poder, era amigo de una cancelación escalonada. Aunque anoche celebró la determinación.

El cálculo político debió resultar sencillo. Brasil es visto, aun con sus enormes problemas económicos estructurales, como un ejemplo en el mundo financiero. Ese universo, incluido el FMI, expresó algarabía por el giro de Lula. ¿Qué otro destino sino el de la aceptación podía envolver la cancelación de la deuda comunicada por Kirchner?

Ese panorama indicaría que la audacia, pese a todo, contaba con el tendido de alguna red. Y no fue sólo el caso de Brasil. Recién ahora se comienza a comprender, en un sentido generoso, la excursión cargada de misterio y hermetismo que Alberto Fernández hizo esta semana a Madrid acompañado por Felisa Miceli.

El Gobierno deseaba escuchar la voz del socio principal que tiene en la Unión Europea y que, en más de una ocasión, sirvió de puente con el Grupo de los Siete y con el FMI. El jefe de Gabinete y la ministra sondearon dos variantes frente a Miguel Sebastián Gazcón, jefe de asesores económicos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Primero preguntaron sobre las chances que podría tener un nuevo acuerdo con el FMI para refinanciar 5 mil millones de dólares sin las condiciones básicas sobre política fiscal, monetaria y tarifaria que requería el organismo. Sebastián Gazcón se exhibió entre incrédulo y escéptico, más allá de la ayuda que podía garantizar España.

Después semblantearon la cabida que podría tener una cancelación lisa y llana de la deuda, a la usanza de Brasil. Sebastián Gazcón lo tomó con naturalidad y no transmitió intranquilidad respecto de las reacciones de las principales naciones de Europa. Con un añadido: el funcionario español tiene una visión muy promisoria sobre la evolución de la economía argentina. Conoce como si fueran propias las cifras del superávit fiscal y de las reservas.

Con esos resultados, Kirchner no vaciló acerca de lo que debía hacer. Pero le colocó otro par de parapetos a la audacia: quedó en claro que la Argentina, como Brasil, continuará siendo miembro del FMI. Eludió brusquedades y rupturas. Mandó además un correo de previsibilidad al establishment internacional. Su discurso del anuncio fue un catálogo de racionalidad económica envidiable para el pensamiento ortodoxo, que buscó quizás emparentarse más con Lula que con Hugo Chávez, a quien dispensó, sin embargo, un agradecimiento.

Aquella pareció una señal valiosa en un país como la Argentina cuyo péndulo nunca parece detenerse. Hace cuatro años, un Congreso banal y excitado festejaba el ingreso al default. Ayer, la crema dirigente aplaudió con estilo módico el pago de la deuda al FMI.

Los graves problemas del país no desaparecerán. Podrían abrirse a partir de ahora otras perspectivas. Pero convendría extremar la cautela: acaba de concretarse una decisión de Estado, no un pase de magia.


Y HACÉTE UNA FIESTA APARTE Y SEGUILA Y SEGUILA...(extraigo partes de los artículos, observando cómo trataba Clarín el tema del pago de la deuda, y la cuestión del pago con reservas)
"
Sigue la nota aquí: http://web1.taringa.net/posts/noticias/11036648/la-audacia-y-el-calculo-por-clarin-antes-que-sarlo-__.html


Aquí la nota original:
http://edant.clarin.com/diario/2005/12/16/elpais/p-00601.htm


Una vez más confirmamos que Beatriz Sarlo es una intelectual plenamente comprometida en la defensa del monopolio mediático dirigido por el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, es su empleada, odiosa del peronismo y ahora del kirchnerismo, envidiosa de la presidenta Cristina, zanatera compulsiva, crítica literaria derrapante en la política.
Todo esto estaría muy bien si lo admitiera con humildad, y entonces todos sabríamos desde dónde habla.

Ne O